Pues durante uno de tantos viajes en moto que hemos hecho por Laos, en los que mi cabeza da muchas vueltas y viene con muchas ideas, se me ocurrió crear un nuevo espacio en el blog contando nuestras impresiones sobre los países que visitamos al terminar nuestra visita en ellos. Algo completamente personal y breve, basado en nuestras opiniones y experiencias durante nuestro viaje.
Esperemos os guste esta idea :).
Antes de entrar a Laos no sabíamos muy bien que esperar, la verdad que no habíamos oído o leído mucho, pero eso no era algo que nos echara para atrás ya que somos de esas personas que piensan que todos los lugares del mundo, todos, tienen algo que ofrecer.
No entendemos porque Laos es el país olvidado del Sudeste Asiático, te aseguro que si te dejas pasar por este país, alguna parte de él te maravillará.
La verdad que no nos ha dejado indiferentes, nos ha robado un trozo de nuestro coranzoncito y es que a veces cuando no sabes que esperar de un país, va y te conquista, así, sin que te lo esperes en absoluto. Quizá por eso también te conquista aún más.
Laos, de la mano junto a Myanmar y Camboya, el país más rural del Sudeste Asiático. Nos sorprendió, enganchó, cautivó y enamoró.
Aunque con más turismo del que te puedas esperar, sobre todo de borrachera y “tubbing” (recorrerse el río metido en un flotador/rueda, a menudo parando de bar en bar para beber una cerveza y acabar borracho perdido), lo que ya se ha llevado unas cuantas vidas. Aunque este turismo cada vez va a menos, menos mal. No es que estemos en contra de la fiesta, pero por lo general este turismo es poco respetuoso tanto con el medio ambiente como con el lugar y estos pierden su encanto para dar paso a lugares solo enfocados a la fiesta, por no hablar de la cantidad de basura que genera… De la cuál tanto los locales como los borrachos pasan, por lo que podéis imaginar donde acaba…
Algo que sí habíamos oído era que la gente en Laos se parecía bastante a la gente en Myanmar, que Laos también se podía considerar el país de las sonrisas, pero durante nuestra primera parte del viaje no podríamos estar más en desacuerdo. Aunque en el sur cambió, pero no al nivel de Myanmar, claro que tampoco tienen porqué. Cuanto más te introduces en la vida rural y menos turística de Laos, más sonrisas y miradas de sorpresa recibirás.
Eso sí, si tu saludas y sonríes, da igual donde estés, la gran mayoría te devolverán tanto el saludo como la sonrisa, y nosotros somos los que llegamos, los raros, los nuevos, los que tienen que saludar, ser amables y respetuosos, porque lo que das, es lo que recibes. Una sonrisa crea un mundo mejor.
Laos nos ha enamorado sobre todo por sus paisajes, para esos que dicen que todos los países del Sudeste Asiático son iguales… no se puede estar más equivocado.
Montañas de norte a sur, algunas kársticas y otras no y un enorme río que te acompaña a lo largo del país, un enorme y espectacular río que forma parte de esa maravillosa impresión que nos llevamos de Laos. Y es que te puedes recorrer una buena parte de Laos a través del Mekong, el río más importante del Sudeste Asiático, que nace en China recorre Laos, Tailandia, Camboya y finalmente desemboca en Vietnam.
También hemos visto montañas con cuevas bajo ellas que realmente te hacen pensar lo maravillosa que es la naturaleza, como algo tan grande con semejante agujero debajo puede seguir en pie. Riachuelos que crecían de la nada con aguas completamente transparentes donde darse un buen baño refrescante. Grandes cascadas que surgen entre las montañas dando paso a caídas espectaculares que te puedes quedar observando durante largos periodos de tiempo.
Nos ha faltado verlo bañado de diferentes tonalidades de verde gracias a sus campos de arroz, si aún así nos ha engatusado, no quiero imaginar como tiene que ser este increíble país con su manta verde…
Otra de las cosas que nos ha llamado mucho la atención de Laos son sus animales, los domésticos, los que se ven día a día todos conviviendo con todos, perros, gatos, gallinas, patos, vacas, búfalos… en medio de la carretera, por los poblados e incluso por ciudades pequeñas. Ellos son los dueños, tú te adaptas, si tienes que frenar, pues frenas, pero ellos no se mueven xD.
De lo peor, los niños de Laos ya saben demasiado… saben demasiadas cosas que sería mejor que no supieran, como que ir a pedir dinero a los turistas que llegan en masa en un barco es mucho más fácil que ir al colegio, y eso amigos, nunca deberían saberlo, porque no debería ser así.
Creemos muchas veces que dando dinero a niños estamos ayudando, pero nada más lejos de la realidad. No sé cuantas veces he visto turistas dando dinero a niños en Laos y claro, paseas por poblados y en vez de decirte hola, los niños te dicen “kips”, “candy”, y eso me parece muy triste. Pero ellos no tienen la culpa, la culpa la tiene aquel que da dinero u otro tipo de regalo sin pensar en las consecuencias…
Si quieres ayudar hazlo a través de profesionales o dona algo a la escuela del pueblo, el centro de salud, etc. Dando dinero o regalos a los niños lo único que se fomenta es que esos niños se dediquen el resto de su vida a mendigar en vez de ir a la escuela o trabajar, lo que les daría una vida mucho más digna.
En general, las impresiones de Laos son muy buenas.
Hemos probado las mejores tortillas francesas del mundo, a partir de ahora para nosotros las tortillas serán tortillas laosianas, esas sí que están buenas. En Laos, gracias a la época colonial francesa, tienen muchas baguettes así que será fácil pasarte tu viaje desayunando maravillosas tortillas entre una (a veces no demasiado crujiente) baguette.
Y siguiendo con la comida, nos proclamamos fans incondicionales del sticky rice, no sabemos como será nuestra vida después de Laos sin este simple arroz que acompañe lo que acompañe queda bien, por no hablar del sticky rice rojo bañado en leche de coco y metido en tronco de bambú para cocinarlo, se nos cae la baba solo de pensarlo. Vaya que si veis un tronco pequeño de bambú, ya sabes que hay dentro, un delicioso arroz. ¡Ya lo echamos de menos! :'(
En Laos también llegamos a tener invierno, y nosotros que pensábamos que este año nos lo íbamos a saltar… Vale, solo duró unos pocos días pero llegamos a estar a 16 grados de día y 11 de noche, si ya sé que no es un frío invernal, pero si no vas un poco preparado, lo puedes llegar a pasar un pelín mal. Los Laosianos nos dijeron que pasaba eso siempre una semana al año y ya, y que nunca sabían cuando sería, pero siempre en temporada seca y “fría”.
Viajer@s, añadid Laos a vuestro itinerario, pensad en unas vacaciones por este precioso país, os aseguro que no os arrepentiréis.
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¿Te gustaría hacer un viaje a Laos y no sabes por donde empezar, no tienes tiempo de organizarlo o simplemente no te apetece? Escríbenos y te organizaremos tu viaje por la maravillosa tierra del sticky rice.